jueves, 12 de julio de 2007

Un último tributo a López Michelsen


Los restos mortales del expresidente se encuentran en el Salón Elíptico del Capitonio Nacional. Sus funarales serán mañana al medio día en el Cementerio Central de Bogotá.
Por el fétetro han desfiladi personas de todas las edades y entre ellas han rendido su último tributo ex funcionarios de su administración, dirigentes políticos, sindicales, empresariales, indígenas, campesinos, entre otros.


Los restos mortales del ex presidente permanecerán en el mismo lugar hasta mañana, cuando serán trasladados a la catedral Primada, en un funeral de Estado, para luego ser depositados en un panteón de su familia en el Cementerio Central de la capital colombiana.
López Michelsen murió en la madrugada del miércoles de una afección cardíaca en su casa en el norte de Bogotá.


La presidenta del Congreso colombiano, Dilian Francisca Toro, señaló hoy que el mejor homenaje al ex gobernante sería suscribir el acuerdo humanitario, que facilitaría la puesta en libertad de los secuestrados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc).


El ex mandatario liberal era un firme partidario de suscribir ese acuerdo y así lo señalaba frecuentemente en los últimos años en comparecencias públicas y en sus escritos periodísticos.
"Fue (López Michelsen) un luchador por el acuerdo humanitario y quienes hemos propugnado por su realización siempre encontramos en él a un consejero, un guía, un orientador", señaló la presidenta del Congreso, Dilian Francisca Toro.


López Michelsen es considerado el más influyente político del siglo pasado en Colombia y uno de los líderes históricos de su partido.


Para el presidente colombiano, Álvaro Uribe, López Michelsen "fue un lúcido discrepante" y un "dinamizador" de la democracia.


"Cuatro generaciones alternaron con él en su intenso ciclo vital", agregó Uribe, disidente del Partido Liberal, que consideraba al ex gobernante fallecido como líder natural de la formación.
López Michelsen había nacido en Bogotá el 30 de junio de 1913 y era hijo de Alfonso López Pumarejo, quien gobernó el país en dos períodos, al segundo de los cuales renunció (1934-1938 y 1942-1945).


El político desaparecido, abogado de profesión, se casó en 1938 con Cecilia Caballero, con quien tuvo tres hijos: Alfonso, JuanManuel y Felipe.

¡Estamos de regreso!

Despues de tres meses de ausencia, ya esta de vuelta el periodico digital "La Hoja Roja", que ahora tiene nuevas noticias y mejoradas secciones que pueda tener la opinión de la vida política del país, así que de damos una nueva bienvenida a nuestro periodico.

lunes, 30 de abril de 2007

César Gaviria Trujillo, proclamado Jefe Único del Partido Liberal

Será un congreso que pasará a la Historia por hechos como la toma democratica de todas sus decisiones , por el manifiesto de Medellín que plantea la necesidad entre otras de acabar con tanta desigualdad social en Colombia, con una oposición que piense primero en el país ,con la firme convicción y el mandato claro de conformar listas a corporaciones públicas lejos del paramilitarismo, el narcotráfico, la guerrilla y la corrupción, con más de cuatro mil personas con voz y voto decidiendo sobre el futuro de la colectividad roja, con un Partido que se lanza tras la Reconquista del Poder...ese fue el tercer congreso nacional liberal . Gracias Medellín...

Un congreso que democráticamente decidió la dirección única del expresidente Cesar Gaviria Trujillo , un conclave que planteo ideas , propuestas, decisiones por el bien del país
"Trabajar fuertemente para ganar las elecciones en el mes de octubre y recuperar el poder en el 2010 para otorgar el mejor bienestar a todos los colombianos ", es el principal compromiso adquirido por los Liberales .

Sector social, abierto y político conforman Dirección Adjunta

Los delegados además eligieron los miembros de una dirección adjunta, conformada en el sector político por los Senadores Luís Fernando Duque, Luís Fernando Velasco, los Representantes a la Cámara, Fabio Amin, Clara Isabel Pinillos y el Ex constituyente Iván Marulanda; por el sector social y abierto, Constanza Duque, Gilberto González, Yolanda Pinto y Jorge Eliécer Duran; y Yenni Lindo, por las juventudes liberales.

En una fiesta democrática delegados eligen a sus representantes

Después de una intensa jornada de votación los 1.300 delegados que asistieron al III Congreso Nacional Liberal escogieron a los representantes de diferentes sectores que conforman el liberalismo.

Mujeres, jóvenes, campesinos, indígenas, sindicalistas y afrodecendientes participaron del proceso democrático y a través del voto secreto eligieron a los encargados de las secretarías nacionales de participación del liberalismo, las cuales quedaron conformadas por: Lorenza Santos, secretaría de asuntos para la mujer; Jaime Hernández, secretario de Juventudes Liberales; Germán Arias, secretario de organizaciones campesinas; Jaime Pulido, secretario de organizaciones sociales y de base; y Víctor Pardo como secretario de sindicatos y de pensionados.

Igualmente se eligieron los representantes de los órganos de control y administrativos del Partido Liberal. José Noe Ríos, fue reelegido como Secretario General, Rodrigo Llano, Veedor Nacional y Carlos Augusto Molano como Revisor Fiscal.

III Congreso Nacional Liberal se pronuncia

Los delegados aprobaron el Manifiesto de Medellín. Un documento de 11 puntos que define posiciones del liberalismo frente a varios temas de trascendencia para la política nacional. El referendo ciudadano contra el recorte de las transferencias; respaldo al acuerdo humanitario; rechazo a las infiltraciones de grupos armados al margen de la ley en las elecciones del mes de octubre; impulso de una política social que garantice los derechos económicos, sociales y culturales de todos los colombianos, son algunos de los puntos aprobados.

Así mismo, se conformó un comité integrado por Rafael Pardo e Iván Marulanda para estudiar la reforma a varios artículos de los Estatutos del Partido Liberal.

sábado, 28 de abril de 2007

Discurso de apertura de III congreso nacional Liberal

Son dos años escasos los que nos separan desde el último Congreso hasta Medellín. Antioquia, es la tierra de mis ancestros. De aquí son mis abuelos, mis padres, mi esposa y mis hijos. Vengo de familia de arrieros que a golpes de hacha y descuajando montaña llegaron a colonizar la zona del viejo Caldas. Mis padres me enseñaron los valores de esta cultura, el amor al trabajo, la honradez, el respeto por los padres, la frugalidad, la obligación del servicio público.
Gracias a Medellín y a Antioquia por acogernos de manera generosa y hospitalaria. Todos nos sentimos en casa. Gracias a todos los parlamentarios de Antioquia y a su Directorio por esta extraordinaria organización. Gracias al Gobernador y al Alcalde por su colaboración para el buen éxito de este certamen.
En estos años, hemos tenido que enfrentar algunos problemas colosales que tiene Colombia; afrontar los desafíos de ajustar la estructura y la conducta del Partido a la Constitución del 91; identificar la agenda de un partido social democrático que le da a la política social la principal prioridad; hacer oposición a partir de los nuevos instrumentos de la reforma política de 2003; tener una política de orden público, de paz y seguridad conforme a la tradición liberal y a nuestros principios; y desarrollar una nueva ética política. Este Congreso tendrá discusiones francas y vibrantes sobre el futuro del liberalismo, la primera fuerza política de nuestra nación.
En este periodo tuvimos que asumir la reelección inmediata como un elemento de confrontación, de división, de polarización de la sociedad colombiana, algo sin duda perjudicial para los valores democráticos. Fue imposible que el gobierno de Uribe reconociera la importancia de evitar que se perdieran los contrapesos democráticos, y fue rechazada nuestra propuesta de reforma constitucional sobre el equilibrio de los poderes públicos.


REFORMA POLÍTICA Y LEY DE BANCADAS
Uno de los capítulos más interesantes ha sido el desarrollo de la ley de bancadas. Hemos constituido una bancada disciplinada, seria, dedicada, y ello nos ha permitido actuar de manera cohesionada y colectiva. Y lo hemos logrado con respeto al derecho al disentimiento y al libre examen, tan caros a la tradición liberal.
Y en relación con nuestro trabajo, no he pretendido nunca imponer mis puntos de vista. Tenemos democracia interna y no por ello me he sentido menoscabado en mis funciones. Hemos trabajado bajo los presupuestos de que en el liberalismo no tenemos dogmas, no cultivamos unanimismos, no nos hemos comprometido con verdades absolutas. El liberalismo vive de la polémica, es hijo de la diversidad. De su esencia es el pluralismo y tiene marcados matices de centro izquierda.
Desde luego esperamos que el debate interno se de en un lenguaje que no cree distancias insalvables o produzca ofensas o agravios dañinos a nuestro actuar colectivo. Cualquier comportamiento debe someterse a las normas estatutarias en relación con las obligaciones y deberes establecidos.

OPOSICIÓN AL GOBIERNO DEL PRESIDENTE URIBE
En estos años el liberalismo ha aprendido a hacer oposición, la que nunca hizo como consecuencia de tener, por más de 7 décadas, las mayorías políticas en el Congreso. Y lo hemos hecho de un modo que nos satisface y enorgullece. Hemos hecho fiscalización política al gobierno con nuestra representación parlamentaria que ha estado a la altura de su elevada responsabilidad.
Hemos definido bien las áreas donde discrepamos del gobierno y aquellas donde hemos encontrado propuestas compatibles con nuestras convicciones políticas. Hicimos presencia en muchos debates, lo que le permitió al gobierno defenderse de los chantajes burocráticos. Y ese tipo de oposición constructiva, la hemos hecho en medio de las dificultades que nos causa la frecuente intemperancia del presidente.
Durante este periodo, nuestros voceros de bancada, Juan Fernando Cristo y Guillermo Rivera, han cumplido un papel destacado para el logro de estos propósitos. En todo caso lo que debemos tener presente es que el partido no puede agotar sus tareas en hacerle oposición al presidente Uribe, ni en colaborarle cuando sea del caso. Estoy seguro de que eso no es lo que los colombianos esperan del liberalismo y a eso me referiré mas adelante.
Respeto mucho las voces que reclaman una oposición más vertical, sistemática y más estridente frente al gobierno del Presidente Uribe. Sin embargo, creo que si de alguna manera se pueden interpretar los resultados de la consulta popular del mes pasado, en la que participaron aproximadamente un millón trescientas mil personas, es a favor de la actitud, el comportamiento, y las decisiones que el Partido ha tomado en el segundo periodo del presidente Uribe.
En todo caso, nos preocupa que el Presidente Uribe considere antipatrióticas las críticas o denuncias de la oposición. El ejercicio de la oposición es un derecho legítimo que debe ser respetado y rodeado de garantías por parte del gobierno. Las interceptaciones telefónicas, además de ilegales, menoscaban esas garantías. En días recientes hemos escuchado, también de boca del Presidente, expresiones impropias para la necesaria aclimatación de un lenguaje de tolerancia y respeto por sus contradictores.

CONSULTA POPULAR
La consulta Popular que el Partido celebró para elegir a la mayoría de los que asisten a este Congreso, se constituyó en una impresionante celebración democrática. El Partido cuadruplicó su votación de dos años atrás. Lo hizo a pesar de ciertas distracciones, y de decenas de demandas que pusieron en duda la celebración del certamen electoral y la propia reunión estatutaria de este Congreso. Se trató de "fuego amigo" impulsado por las mismas instituciones y autoridades del Partido.
Mucha gracias a la casi totalidad de nuestra representación parlamentaria, que trabajó asiduamente para diseñar las reglas que nos permitieron agilidad en las votaciones, significativas competencias regionales y, por sobre todo, una vigorosa democratización. Muchas gracias al Registrador y al Consejo Nacional Electoral por su colaboración para el éxito del certamen.
El liberalismo está cosechando así los frutos de la depuración de sus costumbres políticas, la adopción de una nueva ética política que ha corregido las malas prácticas de varias décadas. Hemos recuperado nuestra vocación de poder y lo hemos logrado sin gajes burocráticos, desde la llanura, como diría el Presidente López. Qué diferencia con algunos de los partidos creados a la carrera para apoyar la reelección.
Queremos el reagrupamiento con los que se fueron del Partido, pero como lo dijimos hace dos años, solo queremos en él a quienes regresen como soldados rasos y en consecuencia comulguen con nuestras ideas, compartan nuestras decisiones, adopten nuestro programa y se ciñan al comportamiento ético a partir del cual el Partido realiza su accionar político.

REFORMA DE ESTATUTOS Y ELABORACIÓN DE LAS LISTAS
Este Congreso tiene la responsabilidad de adaptar los Estatutos a nueva legislación y a la experiencia de estos años. Ellos le hicieron una gran contribución a la organización de un partido moderno, pero hay una buena cantidad de normas que ameritan algunos cambios.
El Partido necesita darle más autoridad y jerarquía a la Dirección Liberal y mermar el número de personas e instituciones que se comportan de manera autónoma. Necesitamos unidad presupuestal y de caja para hacer un mejor uso de los recursos. Respetaremos el porcentaje que se gira a directorios departamentales. Los limitados recursos se deben reorientar en buena medida hacia un fortalecimiento del apoyo a la bancada.
Creo también que el Partido tiene que regresar a dar autoridad a sus organismos políticos para resolver los problemas de naturaleza política y recuperar así su gobernabilidad interna. Debemos hacer que las funciones de los tribunales que son esenciales al Partido, se ejerzan solo a pedido de estos. El Partido debe incorporar a los estatutos la reforma política de 2003, y tenemos que adaptarnos a los principios así consignados.
Debemos reelaborar las funciones y responsabilidades del Instituto del Pensamiento Liberal y del Consejo Programático. El Partido necesita más investigación, mucha más documentación, mayor capacidad de trabajar en temas legales y constitucionales. Tenemos que encontrar quién nos apoye en los temas económicos y en temas de legislación social. Es preciso que se expresen voces más disímiles, que asistan personeros de otras orientaciones políticas, que el debate interno de veras se enriquezca.
Es necesario asegurar, también, una importante descentralización de la autoridad política de la Dirección Liberal. Por eso se trasladan competencias a los Directorios Departamentales y Municipales que hoy están en cabeza de la Dirección Nacional. Volver al directorio como la institución esencial de toma de decisiones descentralizadas fortalecerá muchísimo la organización y estructura del liberalismo. En todo caso, los directorios deben operar como entes que propicien el entendimiento entre diversas fuerzas y no simplemente como la imposición de mayorías sobre minorías.
Creo que es conveniente profundizar el proceso de democratización interna que se dio con la instrumentación de las reglas de la consulta del 25 de marzo. Es necesario también avanzar aún más en la simplificación de la votación, a pesar del significativo esfuerzo que se hizo en la Consulta Popular.

ELECCIONES DE OCTUBRE
Antes de hablar de las elecciones de octubre, quiero en nombre de todos agradecer a Horacio Serpa, de cuya conducta y honestidad estamos ciertos, la dedicación, el vigor, el gran esfuerzo para adelantar la campaña presidencial a nombre del Partido, en medio de circunstancias políticas particularmente difíciles. El rendirá un informe sobre ese proceso al Congreso.
El Partido usará las consultas populares donde ello represente una competencia que enriquezca nuestras posibilidades de triunfo. Pero usaremos también otros procedimientos para salvaguardar los intereses del liberalismo. Para ello, estamos en disposición de encontrar programas comunes de trabajo con otras fuerzas políticas. Las circunstancias locales tienen una gran importancia en las elecciones de octubre, y no pretendemos hacer de ellas un plebiscito sobre cada una de nuestras convicciones. En temas locales, los ciudadanos tienen posturas que las fuerzas políticas tenemos que aprender a respetar.
Este Congreso debe aprobar una resolución que defina claramente estas orientaciones como criterio para seleccionar nuestros candidatos; y que establezca cómo realizar las coaliciones. Cada circunscripción tendrá su reglamentación, la cual deberá ser aprobada por la Dirección Nacional, lo que forzará un proceso de entendimiento previo a la elaboración de las listas y al otorgamiento de los avales.
Con respecto a las elecciones de octubre, reiteramos lo que dijimos hace un par de años en el anterior Congreso: "el Partido y sus listas no pueden ser refugio de los que pretendan recoger votos con el favor de grupos armados o que aspiren a ser elegidos con el dinero de las mafias".
Tampoco hay cabida para quienes entiendan la política como un mecanismo de enriquecimiento personal o familiar. Tenemos que mostrar ante el país una cara limpia de corrupción y de complicidades con el paramilitarismo, la guerrilla y el narcotráfico. Y en la reforma estatutaria debemos establecer preceptos mucho más rigurosos que los del reciente "Acuerdo de las Colectividades Políticas que Apoyan al Gobierno".
En octubre se debe hacer todo lo que esté a nuestro alcance para proteger las elecciones de la intervención paramilitar o guerrillera. Quisiéramos señalar que el liberalismo está dispuesto a participar en acuerdos partidarios para mejorar las condiciones de esta campaña, y también quiere empezar a tramitar reformas a la Constitución o proponer leyes dirigidas a buscar este objetivo. Creemos difícil blindar las elecciones de octubre, pero haremos todo lo posible para lograrlo.
El poder de facto del paramilitarismo es enorme. Este ha capturado alcaldías, gobernaciones, instituciones de justicia, autoridades militares, de policía y cuerpos colegiados. En muchos lugares hay elecciones, pero no democracia ni verdaderas libertades civiles y políticas. Se necesitan muchas reformas legales o constitucionales, más acciones de la justicia y más voluntad política del gobierno y de todos los partidos políticos para corregir esta situación. Es ingenuo pensar que con una pocas acciones se van a corregir de tantos males a nuestro sistema político y electoral.
Las elecciones de Octubre serán un segundo peldaño en nuestra meta para mostrar las mayorías liberales y el vigor con el cual regresaremos al poder en el 2010. ¡Vamos a ganar las elecciones de Octubre y vamos a ganar las del 2010! ¡Ustedes serán los grandes protagonistas de ese triunfo¡

BALANCE URIBE
Quisiera hacer unas breves referencias al estilo del Presidente Uribe. Hoy tenemos un perfil mas claro del presidente Uribe. Tenemos al frente una persona que se ofrece como una solución a todos los problemas de nuestra nación.
El Presidente Uribe demuestra ante los ciudadanos preocupación por una amplísima agenda de problemas públicos. Ha sabido leer e interpretar las aspiraciones y frustraciones de un número muy grande de nuestros compatriotas. En muchas circunstancias habla como si fuera un opositor de su propio gobierno, como si viviera en campaña política permanente.
Pero al Presidente le cuesta trabajo asumir las críticas de manera constructiva. Su omnipresencia no resuelve los problemas públicos. Poco ganamos los colombianos de que en el gobierno no se mueva una hoja sin que así lo disponga el jefe del Estado. Tampoco ganamos con el hecho de que los resultados de las encuestas terminen por convertirse en un verdadero culto a la personalidad, que esconde los problemas y la magnitud de las deficiencias en el cumplimiento de las obligaciones sociales del Estado.
Frente a esos rasgos, un poco centralistas, caudillistas y autoritarios; frente a ese déficit de realizaciones; y frente a esa desinstitucionalización, el liberalismo debe ofrecer como alternativa nuestro espíritu reformista y transformador de las instituciones políticas y de las políticas públicas: más reformas; más descentralización y más democracia.

POLÍTICA DE SEGURIDAD
El liberalismo reconoce algunos de los éxitos de la política de seguridad del Presidente Uribe y ha apoyado desde el Congreso algunas de las medidas necesarias para su implementación. Ha quedado claramente demostrado que la Constitución del 91 es un marco apropiado para el ejercicio de la autoridad, y que con ella es posible cumplir el deber básico de proteger a los ciudadanos.
Así, inequívocamente, todos en el liberalismo debemos impulsar una política de seguridad firme y eficaz que preserve los logros alcanzados por este gobierno. Y creemos que eso es posible sin caer en el autoritarismos o en la perdida de los controles legales o constitucionales. Una política que sea respetuosa de los derechos humanos en todo tiempo y lugar.
También nos preocupa lo poco que se ha avanzado en el desarrollo de una política social que de realmente modifique las condiciones de abandono y marginalidad que prevalecen en amplios sectores de nuestra geografía. En lo que a mi respecta, algunas de esas políticas son acertadas, aunque el tiempo ha demostrado que las ganancias son más limitadas de lo que todos esperábamos.
Otros retrocesos tienen que ver con el escaso impacto de las políticas del gobierno contra el narcotráfico, y que escasamente han afectado las finanzas de las FARC o de los paramilitares.

LEY DE JUSTICIA Y PAZ
Así mismo, nos preocupan los resultados de la ley de Justicia y Paz. Es de todos conocidos que tenemos apreciables diferencias con el gobierno y con los sectores políticos que lo apoyan en el Congreso. Hemos considerado que los valores de verdad, justicia y reparación, no quedaron suficientemente protegidos con esta ley, a pesar del gran trabajo que hizo la Corte Constitucional por amoldarla a nuestro régimen jurídico.
No somos enemigos de que se haya dado un proceso de negociación o que se hayan otorgado penas menos severas. Pero, entre otras muchas objeciones, reiteramos que la exigencia de la confesión como condición para aprovechar los beneficios hubiera podido ofrecer más resultados. De todas formas, como ya lo hemos señalado, para el liberalismo la protección de los derechos humanos constituye un valor esencial para juzgar cualquier política.
Quisiera señalar que cualquier acción o acuerdo nacional tiene que partir del irrestricto respeto a la Corte Suprema y a sus investigaciones y disposiciones. Y no puede ir en desmedro de la búsqueda de la verdad como principio cardinal.
Las espeluznantes relatos de las acciones paramilitares que en días pasados publicó El Tiempo, nos han sacado de cierta conformidad y han mostrado actos de una violencia, barbarie y crueldad, muy superiores a las peores prácticas cometidas en momentos críticos de nuestra historia. El ignominioso "corte de franela" se queda corto frente a los descuartizamientos practicados por los paramilitares.
Como complemento de esta política nos está haciendo falta una nueva reforma agraria que corrija la impresionante concentración de la tierra que se ha originado como secuela del narcotráfico y el paramilitarismo.

INTERCAMBIO HUMANITARIO
Hemos sido partidarios del intercambio humanitario. Nunca es tarde para adelantarlo. Creemos que la responsabilidad recae en las FARC, que han tenido privados a decenas de colombianos de la libertad a la que tienen derecho. El presidente Uribe no quiere que ese acuerdo desquicie su política de seguridad democrática. Pero con voluntad de las partes, el acuerdo es posible. Nos preocupa que lo único que se ha puesto sobre la mesa sea un asunto de interés militar. Esto es, las circunstancias físicas del encuentro que debe conducir a la negociación. No entendemos por qué no es posible avanzar primero en algunos asuntos sustantivos, primordialmente con la cooperación de la comunidad internacional.

POLITICA ECONOMICA Y DESCENTRALIZACION
En materia de política económica, celebramos la tasa de crecimiento del año pasado. Es fruto del significativo mejoramiento de las circunstancias globales y latinoamericanas, aunque también está relacionada con el clima de confianza que se ha creado como consecuencia de las políticas de seguridad del Presidente Uribe.
Ojalá que el incremento de los ingresos públicos y privados se orienten no sólo a los prósperos y a los poderosos, sino también a las inmensas mayorías que conforman nuestras clases medias y populares. Ojala también generen más empleo, lo cual no se ha logrado hasta ahora. En relación con la revaluación, mucha parte del problema se podría corregir si el gobierno no presionara el alza de la tasa de interés que se origina en el financiamiento del desborde del gasto público y del cuantioso déficit del gobierno central.
Frente al proceso de descentralización, mantenemos diferencias casi insalvables con el gobierno, que ha emprendido un proceso de claro retroceso a la descentralización dispuesta por la Constitución de 1991.
A comienzos de la década se estableció una formula intermedia justificada por la recesión de entonces. Ahora el proceso es el opuesto. Como hay prosperidad tampoco se puede permitir que las regiones compartan el significativo incremento de los ingresos corrientes de la nación, que para la vigencia del año 2006 aumentarán el 23 por ciento.
Lo que se ha diseñado en la reforma propuesta por el gobierno es una formula que sería aceptable en un periodo de bajo crecimiento, pero inaceptable si el país mantiene unas tasas altas de crecimiento, como todos lo esperamos. Su proyección en el tiempo destruiría el significativo esfuerzo que se hizo en el 91. Por eso el miércoles pasado, con el Polo Democrático y una buena cantidad de organizaciones sociales, presentamos en la Registraduría las firmas para promover un referendo, para evitar así que se abra paso esa inequidad. Son muchas las autoridades locales que nos han expresado su respaldo.

REFORMAS Y POLÍTICA SOCIAL
Nuestro propósito principal debe ser concebir e impulsar un conjunto de reformas que hagan mirar al país hacia el mañana. Tenemos que sacarlo de ese escapismo en el cual se encuentra, para que encaremos nuestros grandes desafíos y problemas, exigiéndoles a los ciudadanos y a la sociedad civil, sacrificios, solidaridad y el cumplimiento de sus deberes y responsabilidades.
El liberalismo debe impulsar un conjunto de reformas para la búsqueda de la igualdad, de la justicia social, de la lucha contra la pobreza, y la total eliminación de la miseria. El liberalismo se tiene que poner a la cabeza de quienes reclaman más resultados en la lucha contra la pobreza; en la mejor distribución del ingreso; en el crecimiento de los salarios reales de los trabajadores; en menores cifras de desempleo; y en un sistema educativo acorde con los requerimientos de la globalización y la revolución de las comunicaciones. El liberalismo tiene que hacer más para promover y garantizar los derechos sociales consagrados en la Constitución.
La miseria es totalmente incompatible con la Constitución que nos guía y es una afrenta al estado social de derecho. Esa es la principal debilidad de nuestra democracia. El liberalismo tiene que tomar la vocería de los que no tienen una voz con derecho a ser oída. Tenemos que reconocer que los más vulnerables son menos capaces de ayudarse a sí mismos a salir adelante.
A mi juicio, las enormes fallas del Estado en el cumplimiento de sus obligaciones sociales son las que le estaban abriendo una brecha a la credibilidad de las instituciones democráticas. El liberalismo debe comprometerse a fondo con la reforma del Estado. En Colombia estamos urgidos de recuperar la idea de un estado fuerte, eficaz, prestigioso. Un Estado más eficiente y con mayor capacidad de vigilancia, regulación y control.
Los éxitos de algunos países de América Latina y recientemente de Bogotá en la lucha contra la pobreza, deben ser profundizados en todas las regiones de Colombia. Por otra parte, también estamos obligados a identificar los retrocesos que representan la muerte de niños por física hambre. Ello es inaudito en la sociedad colombiana. Esto no es un problema de recursos sino de malas políticas, de pésima administración, de corrupción, de indolencia, desidia y abandono.

GLOBALIZACIÓN Y TRATADO DE LIBRE COMERCIO
La globalización nos ha traído un contexto en el cual se han trastocado muchos de los valores con los que construimos nuestras sociedades. Unos pocos han prosperado a niveles inconcebibles hace tan sólo pocos años, pero al mismo tiempo hay una inmensa población en una situación de vulnerabilidad que se siente ajena a sus frutos; que se siente perdedora; que se siente por fuera del mercado, abandonada por la sociedad y por el Estado; que se siente agobiada por los nuevos problemas, por los nuevos retos; y que se siente incapaz de aprovechar las oportunidades que esa globalización ofrece. Estos problemas se han vuelto más notorios y han dado un grito planetario por la búsqueda de la justicia social y el respeto a los derechos humanos.
Pero no podemos asustarnos ni caer en el pesimismo. No podemos dejarnos atrapar por el pasado y no podemos repetir, sin análisis, las soluciones o formulas propias de hace algunas décadas, que hoy son simplistas o inapropiadas.
Por eso estamos obligados a encontrar soluciones liberales, bajo una concepción social demócrata, a los inmensos problemas y desafíos que nos ha traído la globalización. El liberalismo no va a aceptar que haya problemas incontrolables. No aceptaremos la resignación frente a las secuelas negativas de la globalización. Pero las respuestas no las encontraremos en ningún libro de texto.
Tendremos que tratar, ensayar, experimentar, como tantas veces nos lo ha puesto de presente el ex presidente López, como rasgo esencial de la política del Partido.
Por otra parte, el entorno internacional es uno de extrema competencia, en el cual luchar con todos nuestros recursos humanos, naturales, empresariales, laborales, técnicos y estratégicos, es la constante. Tenemos que ganar en ese difícil entorno. Tenemos que hacerle frente a estos desafíos casi colosales, y ello constituye una tarea para las próximas décadas.
Es con esta visión que debemos mirar los tratados de libre comercio. Está bien que ganen muchos de los sectores productivos. También es claro que el liberalismo no puede darle la espalda al impresionante proceso de interdependencias que nos ha traído la globalización.
Me siento satisfecho con el rico debate interno que hemos tenido en torno al TLC con Estados Unidos; con la seriedad de nuestros ponentes; con el nivel de compromiso de las parlamentarias y los parlamentarios. En días recientes hemos tenido una buena colaboración del gobierno para darle respuesta a muchos de nuestros interrogantes identificados con rigor y mucho trabajo; para establecer la pertinencia de la estrategia de negociación que se ha seguido; para determinar los problemas de origen fiscal, el contexto macroeconómico, las consecuencias sobre el crecimiento y la inversión; y para señalar el beneficio para las regiones no exportadoras y para los trabajadores no calificados.
Vemos con preocupación los efectos sobre el precio de medicamentos y la salud pública; sobre algunos sectores agrícolas y nuestros campesinos; sobre la propiedad intelectual; sobre nuestra biodiversidad; sobre la manera cómo se va a financiar el desarrollo de la agenda interna. Miramos con atención las señales del partido Demócrata a nuestro país. Después de este Congreso, la bancada, que está bien ilustrada, deberá tomar una decisión bien informada. La gran responsabilidad está en mirar cómo logramos conciliar las obligaciones sociales del liberalismo con las aspiraciones de la mayor parte de nuestros sectores productivos.
Tenemos que derrotar el pesimismo atávico tan característico de nuestra alma nacional. La plataforma social demócrata nos debe permitir encarar los desafíos que enfrenta Colombia en el Siglo XXI con un principio cardinal de buscar la solidaridad, la equidad, la igualdad. En este momento crucial de nuestra historia, lo más importante es definir hacia dónde queremos llevar la sociedad colombiana, cuáles son nuestros ideales, cuáles nuestros valores. A dónde queremos ir.
Debemos probar que somos dueños de nuestro destino. El Partido Liberal solo puede hacer lo que más convenga a los intereses de nuestra nación y de todos los colombianos. Solo eso haremos. Esa ha sido nuestra tradición histórica. Como lo pregonaba Galán, el Partido debe ser un poderoso instrumento de expresión, de transformación y de cambio de la sociedad colombiana.
De que seamos capaces de encontrar un camino conforme a nuestros ideales y valores, dependerá el que el Liberalismo regrese a ser el intérprete de las grandes mayorías nacionales. Como lo diríamos en argot popular, manos a la obra y paso de vencedores. ¡Viva el Partido Liberal!

Muchas gracias

Cesar Augusto Gaviria Trujillo
Director nacional

143 mil firmas contra las trasferencias


143 mil colombianos ya firmaron en contra del proyecto de ley de transferencias que promueve el gobierno nacional.
Las firmas recogidas por el Partido Liberal, representantes de las organizaciones sociales y el Polo Democratico, fueron entregadas a la Registraduría Nacional con el fin de instalar el comité promotor en defensa del referendo a las transferencias para los departamentos y municipios de Colombia.
"La iniciativa de convocar un referendo ciudadano es permitir a los colombianos pronunciarse sobre este tema de las trasferencias que es tan importante no solo en el punto de vista económico y fiscal, sino de la visión del país que tenemos quienes estamos en la oposición al gobierno del presidente Uribe". Afirmó Juan Fernando Cristo, vocero de la bancada liberal.
A la propuesta del Partido Liberal y del Polo Democrático se han unido la mayoría de las organizaciones sindicales de Colombia, alcaldes, gobernadores, asambleas del departamento, concejos del país y los maestros de Colombia representados en FECODE.
La meta es recoger 2 millones de firmas para llevar al congreso de la República un referendo de iniciativa ciudadana que permita convocar a los colombianos para que decidan si están de acuerdo o no con el gobierno nacional y su intencion de disminuir los recursos que son destinados para la salud, educación y obras de desarrollo para los municipios del país.

martes, 17 de abril de 2007

La "Parapolítica" al rojo vivo


Durante el debate sobre el paramilitarismo en Antioquia, el Senador de Polo Democrático Alternativo, Gustavo Petro afirmó que en la finca 'Las Guacharacas', propiedad de la familia del Presidente, se ejecutaron muertes de guerrilleros.

El Senador mostró testimonios que tienen en su poder organismos de investigación según los cuales los paramilitares protegían al menos una hacienda de la familia de Uribe y que Pedro Juan Moreno, un asesor del presidente que murió en 2006 al caer su helicóptero, ayudó a formar grupos armados de extrema derecha.

Denunció además que el actual comandante de la Policía en Bogotá, general Daniel Castiblanco, se reunió en 1992 con el extinto jefe del cartel narcotraficante de Medellín, Pablo Escobar, y que esa información fue conocida por la ex embajadora de Estados Unidos en Colombia, Anne Patterson.

Al comenzar su intervención Petro señaló que su propósito era demostrar cómo la dirigencia colombiana aceptó en las últimas dos décadas "una estrategia del todo vale" con tal de acabar con las guerrillas, minar a los partidos de izquierda o incluso conseguir abatir al capo del narcotráfico Pablo Escobar.

"Esa estrategia terminó por crear el monstruo del paramilitarismo con el que nos enfrentamos", enfatizó.

Petro aseguró que esta estrategia de "todo vale" facilitó el asesinato de Pablo Escobar que fue producto de una alianza entre militares, narcotráfico y autodefensas.
Según Petro, los nexos de políticos de Antioquia con los paramilitares aumentaron notoriamente a la sombra de las Convivir, entre 1995 y 1997, cuando Uribe era gobernador de ese departamento.

Las Convivir fueron cooperativas de vigilancia privada incentivadas por Uribe y creadas con el aval de un decreto expedido en 1994 por el gobierno nacional.
"Al menos un 32% de los directivos de las Convivir resultaron después vinculados a los paramilitares", señaló Petro, quien aseguró que esos grupos terminaron convertidos en aparatos de los paramilitares y las mafias del narcotráfico.

Informes secretos desclasificados por Estados Unidos sostienen que esos grupos actuaron conjuntamente con paramilitares, en una alianza tolerada y auspiciada por el entonces presidente Ernesto Samper (1994-98) y el mando militar.
Petro señaló que las Convivir fueron el embrión de las Autodefensas, con las cuales Uribe adelantó una negociación de paz.

El ministro del Interior y Justicia, Carlos Holguín, quien interviene a esta hora, en declaraciones a la prensa minimizó los alcances del debate y señaló que se trata de un reciclaje de denuncias que ya fueron desechadas por la justicia.

lunes, 16 de abril de 2007

"No estoy buscando la reelección"


El ex mandatario respondió a las afirmaciones de Ernesto Samper, quien aseguró en entrevista con EL TIEMPO, este domingo, que Gaviria utiliza la jefatura liberal para ser candidato presidencial.
"Yo cómo hago para probar que no estoy buscando la reelección", insistió el ex secretario general de la OEA.

Samper también insinuó que Gaviria debería dejar el cargo, pero éste enseguida dejó en claro que seguirá en la dirección del Partido si las mayorías en el congreso de Medellín (28 y 29 de abril) lo respaldan.

"Hay que hacer claridad en algo: yo no estoy aspirando, sino que hay gente en el Partido que me está pidiendo que me quede en la Dirección Única", señaló el ex presidente.

Agregó que no pretende quedarse indefinidamente en la dirección de la colectividad. "Yo sí no estoy atornillado al cargo", dijo, en referencia a lo que sucedió durante el gobierno de Samper, cuando en medio del escándalo del ingreso de dinero del narcotráfico a su campaña, este se negaba a renunciar.

Finalmente, señaló que todo este asunto debe tratarse es en el congreso liberal y que por ello no pretende debatirlo a través de los medios de comunicación.

Qué dicen los liberales
La entrevista de Samper en EL TIEMPO generó reacciones diversas entre la dirigencia liberal. El ex candidato presidencial Horacio Serpa dijo que no se opone a la reelección de Gaviria en la Dirección del Partido, pero aclaró que debe haber una dirección adjunta.
Señaló que le cree a Gaviria cuando dice que no será candidato presidencial. El ex fiscal Alfonso Gómez dice que no le cree.

Otros, como el senador Luis Fernando Velasco estiman que no se puede pensar que Gaviria utilizará el partido para lograr una nueva Presidencia. "Ojalá fuera así, pero no es cierto", indicó el ex senador Andrés González.

Por su parte la senadora Piedad Córdoba señaló que es la primera vez en mucho tiempo que tiene tantas coincidencias con Samper.